miércoles, 21 de diciembre de 2016

Una celebración diferente



Bum, Bum, Bum….

Bum, Bum, Bum…

Aporreas la puerta con la esperanza de que alguien del servicio de limpieza te oiga. Son las únicas profesionales que quedan en el edificio. Ellas y la persona de seguridad que lima, hora tras hora, las yemas de sus dedos jugando a algo que crees que es el Candy Crush de su tableta.


Bum, Bum, Bum

Pierdes la esperanza. Deben ser más de las ocho porque el rumor de la maquinaria de la calefacción se apaga de golpe creando un silencio más opresivo del que sentía hace un momento. En estas navideñas fechas hay menos personal, luego acaban antes y salen antes…

Bum, Bum, Bum…

Miras el teléfono y sólo te queda una opción. Llamar al 112 y pedir ayuda.


-      112, servicio de emergencias, ¿en qué puedo ayudarle?
-      Pues mira, es que me he quedado encerrado en el baño de mi oficina y no me abre nadie. Se han ido todos.
-      Sin problema!! ¿Padece de algún problema de salud mental que le impida mantener la calma por quedarse-encerrado-en-un-cuarto-de-baño?
-      Pues no, de esa clase en concreto creo que no, pero como  esto nunca me ha pasado antes no sé si va a aflorar ahora.
-      Dígame su nombre y dirección y el nombre  de su empresa.
-      Pues me llamo Luis, mi dirección es de aquí para allá, y mi empresa ESE A de Sin Alma

Silencio al otro lado mientras teclean….

-      Muy bien. Nos complace informarle que ESE A de Sin Alma tiene concertado un novedoso sistema de emergencias de modo que podrá ser atendido al momento por parte de los profesionales de su propia compañía. No se preocupe que le pasamos la llamada

No me lo puedo creer. Pero tomo nota mental de lo que me dicen y doy las gracias

-      Centro de Atención al usuario de ESE A de Sin ALMA. Buenas noches. Dime, Luis, que puedo hacer por ti.
-      ¡¡Vaya!! ¡¡Sabes quién soy!!
-      Por supuesto!! Tenemos grabado  tu número de teléfono en nuestro sistema. ¿Qué podemos hacer por ti?

Mientras recupero el habla balbuceo - Pues, como te habrán dicho en el 112, me he quedado encerrado en el baño
- No, no nos han pasado el motivo de la incidencia. Así que dime qué podemos hacer por ti para que abramos la correspondiente incidencia
-      Bueno, pues como estoy encerrado en el servicio de caballeros espero que enviéis a alguien que me saque de aquí
-      Pero, ¿te has quedado encerrado voluntariamente? ¿es un secuestro de persona?  ¿o se trata de otro tipo de incidencia?
-      Joder, pues no – contesto algo alterado mientras mi cordialidad va perdiendo enteros-  Al ir a salir del servicio, después de lavarme las manos – añado para no tener problemas con el servicio médico de prevención de enfermedades infecciosas - me he quedado con la manecilla de la puerta en la mano y no puedo abrir.
-      “Roootuuura del sissssteeeemaaaa de aaaapertura de la puerta de un cuarto de baño”. ¡¡¡Muy bien!!!!, pues queda anotado. Por favor, toma nota del número de incidencia que damos de alta en tu nombre. El servicio de Servicios Intraurales se pondrá en contacto contigo para comunicarte el desarrollo y cierre de la Incidencia. Que pases una buena noche.

Antes de poder decir nada me han colgado. No me ha dado tiempo a replicar. Inmediatamente suena de nuevo el teléfono.
-      Buenas noches ¿Luis?
-      Sí, soy yo – contesto nuevamente esperanzado.
-      Llamamos del servicio de Servicios Intraurales y es que no podemos dar curso a su incidencia porque no tenemos una cuenta corriente en la que cargar los gastos.
-      Pero ¿Qué gastos? Si yo sólo estoy encerrado…- respondes mientras de nuevo te quedas sin aliento y empiezas a ver tu vida empezar a pasar lentamente ante tus ojos

-      Se están procesando los cierres de final de año. No podemos imputar el gasto de ninguna incidencia a ningún proyecto, aparte de que el responsable tendría que autorizarlo. Pero es que además en la agenda de tu responsable actual consta que está de cena de empresa y ya ha indicado que no es posible cambiar el coste de su gin tonic oficial por el de incidencias o peticiones particulares. Además esta incidencia ha sido dada de alta voluntariamente por tu parte…

-      A ver –intentas razonar-  que yo solo me he quedado con la manilla de la puerta en la mano!!
-      Sí, pero fuera de tu horario laboral. Nos consta que deberías haber salido de la oficina hace dos horas. Entonces la incidencia sólo puede darse de alta por un motivo voluntario. También aceptamos tarjeta de crédito. ¿Nos pasas la numeración y el código de tres cifras que aparece en el reverso de tu tarjeta de crédito?

Me niego a creer lo que oigo pero tengo en mi memoria varias cuentas con su IBAN para hacer pruebas en los sistemas así que enumero de memoria el número de la cuenta de la ONG INTERFOX. Es esa en la que hago donaciones cuando un maremoto inunda algún país en vías de desarrollo.

Mi conciencia está tranquila. Total sólo quieren registrar la incidencia. No hacer el cargo, y yo… listo de mí, he dejado mi cartera con las tarjetas en mi escritorio. Como todavía no me cobran por ir al baño no tengo costumbre de coger la cartera. La necesidad aprieta y quiero irme...

-      Muy bien, pues la incidencia queda actualizada. En un tiempo no superior a 48 horas la incidencia deberá quedar resuelta o se cerrará automáticamente por el sistema. Si no ha sido así, por favor reabra la incidencia teniendo a mano todos los datos que nos acaba de facilitar.
-      Pero, vale, actualizadlo. Gracias. ¿Pero quién viene a por mí? digo mientras agonizo

-      La incidencia es solo para una... rotura-sistema-apertura-puerta-cuarto-de-baño - lee rápidamente la operadora-  Le llamarán para confirmar la sede, la planta y el código del retrete al que acudir el técnico. Si lo que desea es que vayan a por usted deberá abrir otra incidencia al equipo encargado de la seguridad de su centro de trabajo, que, por motivos de eficiencia, me permito recordarle está en Bangladesh tal y como habrá tenido ocasión de leer en la intranet corporativa cuyas noticias, nos complace informarle, actualizamos semanalmente. De todos modos, le indico que puede comunicarse con ellos mediante correo electrónico, eso sí, redactado en lengua inglesa internacional y sin modismos. Que pase buena noche.

Mi móvil suelta el primer bip. La batería se está agotando. Me queda una única oportunidad. Se pone a prueba mi conocimiento de las reglas del negocio y el que sea que las redacte va a pinchar en hueso.

Pulso en llamada directa y me contesta rápidamente: - Pitufo -  le digo -  Ve al cajón del recibidor. Coge mi viejo cordón corporativo de ESE SIN ALMA, póntelo por fuera, que se vea que lo llevas, y ven a la oficina. ¡¡¡ Que se vea muy bien que lo llevas puesto!!!. Sube a la cuarta planta, gira  a la izquierda y abre la puerta del baño de caballeros.

El Pitufo, obediente donde los haya, cubre la distancia entre mi casa y la oficina en un tiempo récord. Como lleva un cordón corporativo la persona de vigilancia ni se fija en él y le abre instintivamente la puerta de acceso automática. No se ha fijado en nuestra diferencia de edad ni estatura. Ni en la juventud del niño. Lleva el cordón corporativo, ese del que colgamos las credenciales, y eso le basta... aunque no lleve colgada la credencial... sólo el cordón...

Salimos como alma que lleva el diablo no sea que se rompa alguna otra cosa o descubran la infamia del número de cuenta. Pitufo quiere saber, pero con un gesto le indico que es mejor guardar silencio.

En la salida, junto a la garita de cristal, la persona de seguridad nos detiene:  ¡¡Alto!! No se puede permanecer en el edificio fuera del horario de trabajo de este centro sin la oportuna autorización registrada en el sistema tal y como establecen las normas corporativas publicadas y registradas en los directorios pertinentes!!

-           ¡¡Exacto!! -  respondo animoso – Por eso nos vamos inmediatamente después de haber abierto la correspondiente petición en el sistema y comunicado las incidencias que hemos tenido al respecto que han sido muchas.

Antes de que se repiense lo que he dicho cojo del hombro al canijo y lo empujo hacia fuera. Una vez pones los dos pies en la calle todo queda en orden y termina la autoridad del almirante Candy Crush.


En mi móvil, aparece un mensaje parpadeando en rojo. Es un correo de mi responsable: 

“Mira Luis, no sé qué has hecho, pero la incidencia que has abierto ha provocado que un equipo de Asistencia en Carretera acuda a nuestra sede de Haití para rescatarte de un lavadero de coches. Además, un gerente de Bangladesh me ha llamado al móvil para preguntar por ti y por si tienes problemas con la bebida. Por favor, entra en el sistema y corrige todo eso. Por cierto ¿Sabes que mi tarjeta se ha quedado sin saldo y que el último cargo es  una petición a tu nombre por vandalismo de material de oficina en las zonas comunes del centro de trabajo?  

Muchas gracias y recibe un cordial saludo

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